Diciembre de 2011
Día 1.
Campanadas. Pinchamos los globos, tomo un sorbo de cava para brindar y a las 00:50 salimos el chico mayor y yo (él va guapísimo con su chaqueta negra, su camisa morada, su corbata blanca y sus vaqueros) hacia Tres Cantos donde va a ir a su primera fiesta de Nochevieja con sus amigos. Le dejo junto al Carrefour, donde ha quedado con sus amigos, y me voy a casa a ver la tele. Como un par de polvorones, pongo una película y me quedo dormido.
A eso de las 2:45 me despierto y me voy a la cama que se está más cómodo. Me despierto a eso de las nueve y como veo que el chaval ya ha llegado y está durmiendo, vuelvo a la cama hasta las 10:30. A eso de las 13:10 le despierto para que se duche que tenemos que ir a comer y a por su madre y hermano. Pasamos allí un ratito y a casa. Luego se va con los amigos.
Día 2. Hoy empezamos unos días por asuntos propios. Salimos a hacer alguna compra para Reyes. Volvemos sin comprar nada. Llevo ya unos días con las piernas hinchadas
Día 3. Por la mañana buscando algo para los chicos. ¿Un móvil nuevo para el pequeño? ¿Unas zapatillas deportivas para el mayor? Al final, como ayer, no encontramos nada que nos guste. No paso muy buen día. Tengo las piernas algo hinchadas y no se me acaba de pasar con el diurético que me recetó el especialista de digestivo. 
Día 5. Me levanto a las 6:05 para coger número de los primeros, me hacen la extracción de sangre y mi mujer y yo vamos a desayunar. Subimos, y nos llaman relativamente pronto. La doctora tiene una cara radiante de alegría. "¿Cómo están esta vez?". "Muy bien, las plaquetas 131000 (54000 la última vez) y la bilirrubina 1,4 (2,0 la última vez)" "¿Sigues bien?". "Bueno llevo unos días con las piernas y tobillos algo hinchados". Me dice que le enseñe las piernas y tobillos y como la pierna derecha la tengo bastante dura (debe ser lo único que tengo últimamente duro),
dice que sospecha que tengo una trombosis en la pierna.
Me manda a hacerme una ecografía Doppler a "urgencias". Esperamos a que nos llamen y la gente de la cola, al ver que puede ser grave y que además luego tengo quimioterapia, nos deja pasar. El doctor dice que tiene toda la pinta de ser una trombosis pero que se verá mejor en el Doppler. Así que a esperar de nuevo casi hora y media hasta que me llaman para hacerme la ecografía Doppler. La doctora que me lo hace me examina desde la ingle hasta el tobillo por la parte delantera y trasera de la "patita" derecha. Me dice que va a ir haciendo el informe, pero que me anticipa que no tengo nada más que las piernas hinchadas.
Las he pasado canutas pensando que tenía otra cosa más. Vuelvo al Hospital de Día donde me ponen la premedicación de siempre Ciclo 15º - día 2, Kytrin, más Dexametasona 4 mg. luego llega la gemcitabina 1330 mg. (en 30 minutos). Como he llegado tarde pasa el carrito de los bocadillos, me dan un bocadillito de jamón serrano y un zumo de naranja que me saben a gloria.
Salimos a las 14:10 derechos para casa. Cuando llegamos los chicos ya han comido.
Así que hoy ha sido un día de subidón, bajadón, subidón.
Me echo una siesta de padre y muy señor mío. Y aunque sigo "mosqueado" por lo de las piernas hinchadas, hubiera sido peor tener una trombosis. 
Esta noche pasan los Reyes Magos. Aunque era más divertido cuando los chavales eran pequeñitos, con esas caritas de inocencia y totalmente crédulos a lo que les contabas sobre los camellos, la escalera por la que subían los Reyes hasta casa, que llegaba a cualquier piso por alto que fuese, el cubo de agua para la sed de los camellos, la bandeja de polvorones y la copita de anís para los Reyes (que, por cierto, debían acabar con una cogorza de impresión después de pasar por tantas casas tomando chupitos, regalándole la Barbie a Manolito y el balón de fútbol a Marisita)...
(las mismas cosas que nos contaban nuestros padres a nosotros), ahora sigue siendo divertido ver que todavía tienen la ilusión de levantarse a ver los regalos.
Día 6. Los chicos se levantan a abrir los regalillos. No es que tengan muchos, pero se ponen muy contentos de ver tanto paquetillo por abrir... 
Vamos por la mañana a casa de mis cuñados a recoger los regalos y a llevarles los nuestros. Nos quedamos a comer y después de una breve siesta volvemos a casa.
No me encuentro demasiado bien que digamos. Me duele el estómago, la cabeza y tengo un frío tremendo. 
Día7. Después de pasar una noche asquerosa de pesadillas y dolor de tripa, me levanto a vomitar. Echo hasta la primera papilla como se suele decir. También tengo diarrea. A lo largo del día he ido más de quince veces al servicio.
Sin apetito ninguno, ni desayuno, ni como: todo el día a base de Sueroral. A última hora mi mujer se acerca a Ahorramás para traerme jamón de York. Me como un par de lonchas con muchas ganas,
pero la diarrea aún no se ha cortado.
Día 8. He dormido bastante bien, aunque me he pasado toda la noche dando vueltas en la cama. Por la mañana me levanto y después de tomar otras dos lonchitas de jamón de York, me tomo Fortasec que parece que para estas cosas siempre viene bien. Como otras dos lonchitas de jamón de York y una patata cocida. De momento, no he vuelto a ir al servicio.
Día 9. A las 2:00 se despierta el chico mayor con ganas de vomitar y una diarrea impresionante. Se lo he debido pegar yo.
Como aún sigo con los días por asuntos propios (se acaban mañana) me paso toda la mañana junto a él, que se queja que le duele todo. Al final come una lonchita de jamón cocido que le ha traído su madre. Durante todo el día prácticamente no se levanta del sofá.
Día 10. El chico parece que está mejor. Aunque a base de jamón cocido, parece que tiene más apetito y no le duele la cabeza. Pasa el día bastante bien. Mañana, si sigue bien, irá al Instituto y los demás iremos a trabajar.
Día 11. Ya parece que estamos todos bien y con apetito. Se me había olvidado poner una foto del cuadro que pinté. No es que sea una maravilla, pero para ser el primero que hago, no lo veo demasiado feo.
(Qué voy a decir yo...)

Día 12. A las 4 de la madrugada me despierto con el estómago revuelto. Al final vomito todo lo que tenía en el estómago.
Día 13. Un día corriente. Con la bronca, como casi todos los días, con el pequeño. No hay día que no acabemos disgustados.
Hago unas judías negras con un montón de verduras trituradas. El caso es que huelen muy bien. Y más sanas no pueden ser. La piel queda un poco dura.
Día 14. No hay quien coma las judías, así que toca pasarlas por el pasapurés, Así están más ricas. Después de la siesta vienen unos amigos. El chico mayor se va con la hija de estos amigos y con sus amigos. Se quedan hasta las doce de la noche charlando, hacía dos años que no nos veíamos aunque hablamos frecuentemente por teléfono.
Día 15. A las dos de la madrugada me levanto porque no me encuentro muy bien. Debe ser que he cenado demasiado. Al final acabo vomitando hasta las judías de ayer.
Para comer hoy hago la pierna y la paletilla de cordero que sobraron en las pasadas fiestas. En nada de tiempo los chicos dan buena cuenta de ellas. Llevan unas patatitas asadas y lo acompañamos de una ensalada.
Día 16. Por la mañana trabajando. Nos han ofrecido la versión completa de Microsoft Office 2010 Professional Plus por 12,95€. No me lo he pensado y lo he comprado.
Por la noche, cuando mi mujer habla con su padre, le dice que hace las deposiciones negras.
Mi mujer le dice que se observe y que si no, mañana vaya al médico.
Día 17. A primera hora mi mujer llama a su padre, dice que sigue con las heces negras y que ha echado un par de flemas también negras.
Así que se va corriendo con él al médico, que le manda a Urgencias del Hospital Gómez Ulla.
Voy al endocrinólogo que me dice que sigo más o menos bien de la prolactina, pero que lo más importante es el cáncer. Me cita en seis meses.
Salgo del ambulatorio buscando el camino hacia casa y me pierdo. Me recorro la M-40 y casi toda la M-30.
Vaya inútil que soy para orientarme.
Hablo con mi mujer y dice que su padre sigue en Urgencias esperando que le den cama. Le vana a dejar ingresado porque le han hecho una endoscopia y han visto una herida en el estómago.
Mi mujer se queda con él (hay una cama para el enfermo y otra para un acompañante y eso que es de la Seguridad Social).
Yo en casa preparo la cena para los chicos y la comida para mañana. Cuando acabo de recoger todo me voy a la cama, que vaya día que llevamos... 
Día 18. A primera hora de la mañana llama mi mujer para decirme que ya ha pasado la doctora y que ha visto en la endoscopia multitud de úlceras sangrantes y que parece que debajo de la sangre hay tumorcillos. Van a esperar hasta pasado mañana para hacerle otra endoscopia con biopsia.
Después de salir voy a buscar a mi mujer a la puerta del Hospital y para casa (esta vez he sido precavido y me he traído el GPS). Con todo y con eso, me pierdo en los túneles de la M-30.
Día 19. Voy prontito a por número. Soy el segundo. Me pinchan, viene mi mujer, desayunamos y volvemos a la sala de espera. Me llaman el primero de mi consulta. Me atiende mi doctor hoy no tocan suplentes. No me puede poner la quimioterapia porque tengo pocas plaquetas: plaquetas 68000 (131000 la última vez) bilirrubina 1,8 (1,4 la última vez). Le comento que me he pasado la noche tosiendo y echando flemas y me manda Azitromicina para que no vaya a más. También un TAC para mediados de febrero. Dice que lo de las plaquetas debe ser por la hepatitis C que el bazo se inflama y se las come. 
Vamos a la doctora de cabecera que me ausculta y dice que tengo buen sonido y que no nota nada. Que no me tome nada hasta mañana y solo si me encuentro igual. Ya sé quién me ha pegado el trancazo. 
Mi suegro sigue por el estilo. Le ponen dos bolsas de sangre por la anemia que tiene. Le tienen sin comer, solo suero en vena. Mañana le harán un escáner y una biopsia. Llevo a mi mujer al Hospital para que se quede con su padre, anoche se quedó su hermana. Después de estar allí un ratillo vuelvo a casa a preparar la cena a los niños.
El mayor duerme conmigo. Le encanta. (Y a mí también). 
Día 20. A primera hora me llama mi mujer al trabajo para decirme que tienen previstas las pruebas de su padre una para las 9:30 y otra a las diez. Salgo al especialista de digestivo para estar allí a las 11:15, me atiende al poco de llegar. Me pregunta si tengo opresión en el vientre, le comento lo de la pierna de hace dos jueves, mira los análisis de ayer y me cambia de diurético (de Ameride a Seguril más Aldactone 100). Me cita para dentro de tres meses (finales de abril / principios de mayo). Corriendo a trabajar.
Tres cuartos de hora entre el metro la consulta y el metro otra vez. 
A las 20:00 me acerco a por mi mujer que ha estado con su padre todo el día y volvemos a casa. Ha hablado con la doctora y le ha dicho que lo del estómago no tiene muy buena pinta. Que es un tumor.
Día 21. Hoy mi mujer no va a ver a su padre, se queda todo el día su hermana. Pero no sé que ha sido peor. Desde que se levanta hasta que se acuesta ha estado limpiando toda la casa y planchando. Ha limpiado hasta el plato de ducha que lo había limpiado yo el día anterior. Debe ser que no estaba lo suficiente brillante. 
Día 22. Anoche cené un buen plato de acelgas. Pues me he pasado toda la noche dando vueltas y con pesadillas. Mi mujer se va con su padre.
Hoy hace tres años que me diagnosticaron el cáncer de pulmón. 
A los chicos les hago una fideuá de mariscos, les encanta. Me echo la siesta pero al poco me despierto con los dedos de las manos agarrotados. Hace ya unos cuantos días que me dan unos calambres en los pies y se me agarrotan los de las manos que no lo entiendo. Tomo plátanos por si fuese carencia de potasio. Tomo cloruro de magnesio por si la carencia fuese de este elemento. No sé, se lo tendré que comentar a la doctora la próxima vez que vaya.
Tengo otra vez los tobillos hinchados y un mosqueo...
A las 19:15 voy a buscar a mi mujer que lleva desde primera hora con su padre.
Día 23. Nada de particular. Habían dicho que a mi suegro le darían el alta hoy y van a esperar a que se regularice la heparina y el sintrom. De todas formas le han visto en el TAC una manchita en el pulmón y quieren hacerle más pruebas. Y como no está el horno para bollos el pequeño dice que no va a la academia porque se va a estudiar con un amigo, y si él dice que no va, es que no va.
Hasta que queda con su amigo (18:30) le habría dado tiempo a estudiar algo, pero en cambio ha estado jugando con el teléfono móvil. Así que le quitamos, en un descuido, el telefonito de las narices y nos monta un numerito de cuidado. 
Día 24. Mi mujer se acerca al Hospital para ver si la doctora tiene algún resultado de las pruebas que le hicieron a mi suegro. Dice que lo de la manchita en el pulmón tienen que mirarlo con una fibrobroncoscopia (¿de qué me sonará a mí eso?
), pero que tiene pinta de ser un tumor.
Hoy le han hecho un electrocardiograma y le va a ver el anestesista, porque no le van a hacer la broncoscopia como me la hicieron a mí: ¡despierto!. Dice la doctora que en caso que fuese maligno habría que operar de las dos cosas, pero que con los años que tiene y lo flacucho que está que habría que pensárselo mucho. 
Día 25. Un día corriente. Mi mujer se acerca al Hospital a hablar con la doctora. Dice que aún no tienen resultados y dependiendo de los resultados se pondrá un tratamiento u otro.
Por la noche tenemos una superbronca con el individuo de siempre. Después de no hacer nada útil en todo el día, se traga completo, en un bar con dos vecinos que también son del barça el partido, cuando llega a casa pretende escuchar la radio mientras duerme (y la tiene a tope de volumen) Mi mujer se la apaga y ya la tenemos montada. Aquí da lo mismo que te escuchen los vecinos. No nos da vergüenza de nada. 
Día 26. Un día muy completito. Desde la bronca de anoche no he dormido más que una hora. Me niego a levantarme para ir a quimioterapia. Estoy dolorido, deprimido, dormido y jodido. 
Mi mujer se va a por el número aunque la he dicho que no voy a ir se ponga como se ponga. La bronca matutina me ha espabilado. Así que, para no liarla más, me ducho y voy sin afeitar, hecho un asco, a quimioterapia.
Cuando llego están llamando al número que ha cogido mi mujer. Me sacan la sangre y vamos a desayunar. Al rato de estar esperando nos llama a la consulta 6 la doctora. Le preguntamos por el cambio y dice que hay tantos pacientes que han tenido que añadir más consultas. El oncólogo de siempre esta en la 4 y ella en la 6. 
Otra vez que han subido las plaquetas y bajado la bilirrubina. Las plaquetas 123000 (68000 la última vez) y la bilirrubina 1,5 (1,8 la última vez). Me dice que tengo cara de cansado y el cuento la bronca de anoche. Me dice que a ver si se van relajando las cosas en casa. Me manda a quimioterapia. Lo de siempre Ciclo 16º - día 1, Kytrin, más Dexametasona luego llega la gemcitabina 1330 mg. (administrada en 30 minutos). Tengo que esperar media hora fuera. Cuando me llaman al Hospital de Día, tengo la suerte de que acaba de llegar la medicación. Así que me ponen todo seguido, esta vez sin esperas: premedicación y medicación.
Yo ni me entero. Estiro el sillón al máximo (se pone casi tumbado del todo) y me duermo todo el rato que dura la inyección de líquidos.
Durante la mañana han hecho la fibrobroncoscopia a mi suegro. Mi cuñada que se ha quedado esta mañana con él habla con la doctora, que aunque no hayan analizado la biopsia que le han hecho de paso, que tiene toda la pinta de ser maligno. Que tiene unas décimas y le darán un Paracetamol y si no empeora mañana le darán el alta.
Salimos y para casa. He dejado sin deshacer la cama, así que me pongo el pijama y a dormir hasta las 14:50.
Cuando como hago la cama y me voy a echar un rato la siesta en el sofá. Me despierto casi a las 18:00 y nos acercamos al Decathlon a cambiar un podómetro que le regalamos para Reyes a mi cuñado y volvemos a casa.
Día 27. Después de salir de trabajar vamos a buscar a mi suegro al Hospital. Le han dado el alta.
El informe de alta dice más o menos:
La gastroscopia muestra una una lesión de aspecto neoplásico de 3 cm., el TAC probable tumoración primaria en LSI pulmonar con extensión metastásica y dudosa recidiva de tumoración gástrica.
De todas formas quedamos a la espera de las dos biopsias que están analizando en Anatomía Patológica, nos informarán por teléfono. 
En fin, le llevamos a su casa, mi mujer y mi cuñada salen para hacerle la compra que tenía el frigorífico vacío, viene una hermana de mi suegro a quedarse el tiempo que haga falta con él. Y nosotros volvemos a casa.
Día 28. Acerco a mi mujer al tren de Cercanías. Luego paso por Carrefour a por leche para mis mamoncillos y a por chorizo y cosillas para echar en las migas que voy a hacer. Por la tarde no duermo siesta, haciendo las migas... Mira que son rollo de hacer, por lo menos he estado una hora machacándolas con el borde de una cuchara de madera... Eso sí luego están de ricas... 
Migas con tropezones
Durante un par de días voy almacenando el pan que va sobrando, baguette, candeal, chapata, barra normal... Luego se corta en finas rebanadas, cuanto más finas, mejor.
La noche anterior a la que vayamos a guisar se les echa un poquito de agua salpicándolas para que queden húmedas sin que queden empapadas y se tapan con un trapo limpio.
Empezamos. En la receta de hoy he echado, todo cortadito, chorizos de tres tipos: normal, picante y uno que llaman oreado. Además dos tiras de panceta fresca (si estará fresca que estaba en el congelador...)
y chistorra. Por otra parte un par de morcillas de arroz pequeñas que dejaremos para el final. Cinco dientes de ajo, el pan y sal.

Rehogo el chorizo, la panceta y los ajos todo junto.

Cuando está doradito retiro todo a un plato menos los ajos y echo el pan humedecido en el aceite de freír todo lo anterior junto con un poquito de sal.

Ahora viene la parte más pesada. Con una cuchara de madera hay que ir "cortando" las migas y deshaciendo el mazacote que se nos llega a formar y de paso, con la misma cuchara hay que ir machacando los ajos para que queden deshechos y le den su sabor a las migas.
Cuando empiecen a estar algo sueltas se le añade todo lo que teníamos reservado y se sigue machacando todo el conjunto para que se vayan mezclando todos los sabores.

Una vez que están las migas bien sueltas, freímos las morcillas cortadas en rebanadas como de dos centímetros y se sirven sobre las migas. Se acompañan con aceitunas.

A las 19:15 vamos los tres a casa de mi suegro (para que los chicos vean al abuelo) y a recoger a mi mujer. Según llegamos cenamos en el Vips. No me he acordado de preparar algo para cenar.
Día 29. Mi mujer se dedica el rato que está en casa a limpiar todo. Incluso ha madrugado porque según ella está todo sucio y nosotros no hacemos nada. A las 12:00 se le ocurre que tiene que salir ya mismo a casa de su padre. Así que con el pijama y un chándal encima la llevo al tren de Cercanías. Al paso que lleva no sé cómo va a acabar... 
Comemos las migas. Las aceitunas están un poco saladas.
A eso de las 19:50 me llama mi mujer para que vaya a buscarla a la estación del Cercanías.
Día 30. Hoy tengo mucho trabajo. No me da tiempo más que para ir a tomar un café. Tengo un frío tremendo en el despacho, por que tengo una compañera que siempre tiene mucho calor. En vez de "buenos días", cuando entra dice "qué calor hace" y eso que no ponemos la calefacción... Hoy, al ser lunes y estar el despacho helado la he puesto un poquito, antes que viniese, porque tengo mucho frío. Ha llegado, como siempre diciendo que hace mucho calor. Le digo que no me encuentro muy bien y que tengo heladas las piernas, los brazos y la espalda. Ella, "muy comprensiva", me suelta: "como sigamos con este calor, voy a traer huevos y a incubar pollitos". Una persona comprensiva como las que más.
Así que he quitado la calefacción cuando ni siquiera había empezado a templarse. He llegado a casa aterido de frío. Frío en las piernas y brazos y también en la espalda. Paso una tarde fatal. Estoy medio afónico. Me voy a la cama a las 20:45.
Día 31. Tengo 35,5° de temperatura. y me duele todo. Me levanto a las 6:45 para tomar los potingues, cápsulas y pastillas. Desayuno con el mayor y me vuelvo a acostar. No me encuentro nada bien. A las 11:00 me levanto y me pongo a trabajar. Tengo aún mucho trabajo pendiente por hacer.
Paso toda la tarde con dolor de cabeza y muchísimos gases.
Y un mosqueo cada vez mayor, pues se me siguen hinchando los tobillos y las piernas. Y aunque tomo bastantes diuréticos no se me acaba de pasar. También sigo con la afonía. Casi no se me entiende cuando hablo. Y eso también me agobia mucho.
El pequeño nos habla lo imprescindible. Él va a su aire. Come duerme, juega con el móvil y ve la tele. Y como le digas algo encima te pega dos voces. 
Febrero de 2012